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Hasta finales de los años 70 el acristalamiento en general era con vidrio monolítico, es decir, una sola hoja de cristal que normalmente se sellaba con masilla.
En los años 80 se comenzó con la instalación de acristalamiento doble como producto de alta gama y es en los años 90 cuando se generaliza el uso del doble acristalamiento. Durante esta época se utilizaba un doble acristalamiento con cámaras delgadas. Lo más habitual era instalar la composición 4/6/4, es decir, dos vidrios de 4mm separados por una cámara de aire de 6mm (U=3,3 W/m2K).
Paulatinamente se fueron incorporando acristalamientos con mayor cámara, a finales de los años 90 se usaban cámaras de 12mm, sobretodo en carpinterías de PVC. Las cámaras de 8, 10, 14 y 16mm prácticamente no se utilizaban. Puede decirse que no se instalaban vidrios de baja emisividad, siendo todo acristalamiento básico.
Fue a partir de 1995 cuando se introducen los primeros vidrios de emisividad baja. Al principio su presencia fue prácticamente testimonial en el sector residencial, pero a partir del año 2000 su uso empiezan a incrementarse considerablemente. Las cámaras se mantuvieron aumentando la implantación de la de 12mm.
Es a partir del año 2007 cuando realmente el vidrio bajo emisivo o de aislamiento térmico reforzado empieza a establecerse más como un estándar, siendo las cámaras de 12 y 16mm las más frecuentes en este tipo de acristalamiento.
Hoy en día los vidrios bajoemisivos han cogido mucha más fuerza en el sector residencial y se calcula que se utiliza entorno al 25% de las viviendas.
Doble acristalamiento
El doble acristalamiento se conforma por dos lunas paralelas, separadas entre sí por una cámara de aire o un gas de alta densidad que le confieren unas mejores condiciones de aislamiento térmico y acústico.
La separación entre las lunas de cristal proporciona un perfil de aluminio, en cuyo interior se introduce el deshidratante, quedando unido a sendas lunas mediante un cordón de bultilo que se construye en la primera barrera de estanqueidad. La segunda barrera se consigue con el sellado a presión mediante siliconas en todo el perímetro. El conjunto delimita y garantiza un volumen de aire seco entre ambos vidrios.
La doble barrera de sellado permite que la cámara de aire se mantenga en perfectas condiciones con el transcurso del tiempo. El riesgo de una mala cámara de aire es que, a los pocos meses de su instalación, se produzca en su interior condensación de vapor de agua, que no se puede limpiar, reduciendo con el tiempo sus efectos aislantes, hasta quedar prácticamente anulados.
El doble acristalamiento cumple con la función térmica, pues dificulta los intercambios térmicos entre los ambientes que delimita, aislando del frío y del calor. Esta reducción de temperatura que proporciona el doble acristalamiento es debido a la resistencia térmica del aire seco y en reposo encerrado en su cámara. El calor siempre tiende a pasar con conducción a través del acristalamiento desde la zona caliente a la fría y para eliminarlo hay que producir frigorías.
Una propiedad importante del doble acristalamiento con rotura de puente térmico es la transmisión de calor K, la cual indica la cantidad de calor que pasa en una hora a través de un m2 de acristalamiento, cuando la diferencia de temperatura a ambos lados del acristalamiento es de 1º.
El coeficiente para acristalamiento sencillos es elevado, 5 Kcal/h con el uso de los dobles acristalamientos se reduce un 50%, pudiendo aumentarse considerablemente dicho ahorro si se emplean sistemas de ventanas que garanticen el aislamiento, como es el caso de las ventanas de aluminio con rotura de puente térmico.
Triple acristalamiento
El triple acristalamiento se conforma por tres lunas paralelas y proporciona un gran nivel de aislamiento térmico, pero debemos tener claro en que zonas funciona y en que zonas no. Una de las mejoras claras e indiscutibles es el gran aislamiento térmico que proporcionan. Un vidrio plano puede tener una conductividad térmica de 1,16w/ºm2C, y a medida que añadimos cámaras de aire y más láminas de vidrio podemos ir reduciéndolo hasta 0,12w/ºm2C o incluso menos. Esto quiere decir que puede permitir ahorrar hasta un 80% su pérdida de calor.
Propiedades del vidrio
El vidrio es el elemento fundamental en el cerramiento si atendemos a la superficie ocupada. Su principal propiedad es la transparencia, permitiendo elevados aportes de luz natural que contribuyen al confort de la vivienda, sin comprometer sus prestaciones de aislamiento térmico.
Los vidrios pueden clasificarse en distintos grupos en función de su configuración y de la presencia de capas metálicas que mejoran sus prestaciones de aislamiento térmico y control solar.
Vidrio sencillo (monolítico): Dentro del vidrio monolítico agrupamos aquellas tipologías formadas por una única hoja de vidrio y aquellas formadas por dos o más hojas unidas entre sí por toda su superficie. Podemos encontrar vidrios incoloros, de color, impresos y de seguridad, así como distintos tratamientos que modifican las propiedades mecánicas, térmicas y espectrofotométricas de los mismos. Las prestaciones térmicas de este tipo de vidrios incoloros y habituales en tanto a transmitancia térmica y factor solar pueden considerarse estables.
Unidad de vidrio aislante (UVA): Conocido como de doble acristalamiento o vidrio de cámara, hace referencia al conjunto formado por dos o más láminas de vidrios monolíticos separados entre sí por uno o más espaciadores. Al encerrar entre dos paneles de vidrio una cámara de aire, inmóvil y seco, aprovechando la baja conductividad térmica del aire, limitan el intercambio de calor por convección y conducción. La principal consecuencia es un fuerte aumento de su capacidad aislante reflejado en la drástica reducción de su transmitancia térmica (U=3,3 W/m2K, para la composición más básica 4/6/4). El aumento progresivo del espesor de la cámara proporciona una reducción paulatina de la transmitancia térmica.
Respecto al control solar, las UVA presentan menos factores solares per el simple hecho de incorporar dos vidrios. Para una UVA de 4/6/4 el valor g está en torno a 0,75. El factor solar (g) puede ser fuertemente modificado por la sustitución del vidrio exterior por un vidrio de control solar.
Es necesario prever la instalación de las UVA sobre carpinterías dotadas de drenaje, bien selladas y que impidan el almacenamiento de agua y humedad en el galce, de lo contrario puede ocasionar el deterioro de los sellantes y la consecuente pérdida de estanqueidad de la UVA.
Vidrio de baja emisividad: Se trata de vidrios monolíticos sobre los que se ha depositado una capa de óxidos metálicos extremadamente fina, proporcionándole una capacidad de aislamiento térmico reforzado. Normalmente estos vidrios deben ir ensamblado en UVA (doble acristalamiento) ofreciendo así sus máximas prestaciones de aislamiento térmico.
Vidrio de control solar: se trata de vidrios de distinta naturaleza: vidrios de color, serigrafiados o de capa. Las distintas capas y la posibilidad de aplicarse en distintos sustratos vítreos permiten una amplia gama de posibilidades con diferentes estéticas y cuyas prestaciones térmicas de control solar varían desde valores 0,10 para los más reflectantes, hasta 0,60 para los incoloros de aspecto neutro.
Otros factores de medición de los cristales para tener en cuenta
Uh:Es el factor de pérdida de calor y representa la capacidad de conservación de la temperatura interior. Cuanto más bajo es el Uh, más aislante es la carpintería.
Sw:Es el factor solar y representa la capacidad de permitir la entrada del calor del sol en el interior del edificio. Sus valores van entre 0 y 1. Cuanto más elevado es el Sw, mayor es el aporte solar y menor la necesidad de calefacción (lo que corresponde a un ahorro de energía mayor)
TLw:Es el factor de Transmisión de Luz y representa la capacidad de permitir la entrada de luz natural en el interior. cuanto más alto es el Tlw, mayor es la transmisión de luz y menor la necesidad de alumbrado.
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